Los Inicios de un Monstruo
Desde temprana edad, Naoya Inoue demostró una determinación y disciplina excepcionales. Su viaje en el boxeo comenzó cuando su padre, Shingo Inoue, lo introdujo al deporte. Shingo no solo entrenó a Naoya, sino que también le inculcó un amor por el boxeo y una ética de trabajo incansable. A los siete años, Naoya entró por primera vez a un gimnasio de boxeo, marcando el inicio de su camino hacia la grandeza.
Naoya rápidamente superó a sus compañeros, mostrando habilidades y disciplina poco comunes para su edad. El gimnasio local en Zama City, Kanagawa, se convirtió en su segundo hogar, donde perfeccionó su técnica y desarrolló los rasgos que lo convertirían en un fenómeno mundial. Para cuando alcanzó la escuela primaria, ya era evidente que un futuro campeón estaba en camino. Su rutina de entrenamiento, supervisada por su padre, incluía ejercicios rigurosos y exposición temprana al boxeo competitivo. Estos años formativos fueron clave para moldear al atleta excepcional que el mundo conocería como “el Monstruo”.